El hermano mayor de Daniel Mella

 

El hermano mayor, un libro de Daniel Mella

En Inglaterra, las posibilidades de morir al ser impactado por un rayo son de una en trescientas mil. Otras fuentes dicen que de una en dos millones. Si alguien le preguntara a mi abuela, ella diría que no sabe pero que no hay que andar cerca de los alambrados ni del agua cuando hay tormenta eléctrica. Daniel Mella dirá que «Ale era un tipo grande y decidía lo que quería hacer y nunca vamos a saber si cabeceó un rayo a propósito o si fue por pelotudo o si ya estaba escrito en las estrellas». En esta novela, narra en clave autobiográfica lo que pasó después de que su hermano muriera, en 2014.

Cortázar escribe en “Ahí pero dónde cómo”: «es él bruscamente: ahora (antes de empezar a escribir; la razón de que haya empezado a escribir) o ayer, mañana, no hay ninguna indicación previa, él está o no está; ni siquiera puedo decir que viene, no hay llegada ni partida; él es como un puro presente que se manifiesta o no en este presente sucio, lleno de ecos de pasado y obligaciones de futuro» como Daniel Mella escribe en El hermano mayor: «Su muerte va a caer un 9 de febrero, para siempre dos días antes de mi cumpleaños. Alejandro tendrá 31 la madrugada de esa fecha cuya luz jamás verá y en la que de cuatro hermanos pasaremos a ser tres», es decir, con la memoria revuelta.

Le presté mucha atención al uso de los tiempos verbales para retratar el recuerdo que vuelve al presente con la muerte de Alejandro. La línea temporal como la conocemos va a sucumbir ante el duelo y Paco —hijo más pequeño de Daniel— se lo hará notar al final del libro: «—¿Por qué hablás como si fuera todo en el futuro? —me preguntó—. Si todo eso ya pasó».

Una historia de amor, quizás. También una historia sobre el dolor, sobre lo inevitable, como la sentencia final que se nos asigna al momento del nacimiento. Hay un pasaje, luego del entierro de Alejandro, en el que su padre pregunta si está mal decir que el servicio fue hermoso, porque su muerte estuvo rodeada de risas, de amor, de alegría. Y tal vez sea ese dialogo el que resuma todo el libro, se termina de leer El hermano mayor como quien respira con alivio después del llanto. El final del réquiem: «¿Está mal decir que fue hermoso?».

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Un abrazo, si siguen leyendo por acá,

Tamara.

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